Sabado, 19/9/2009 › Lucha por el Poder Encerramos este trimestre con el estudio de la tercera epístola de Juan, un documento remitido de persona a persona; en otras palabras, una carta, que en su estructura, ella se aproxima de otro documento neo-testamentario, Filemón; y, en calidad, ella se parece con otros tres, primera y segunda a Timoteo y Tito. El estilo sigue de cerca al patrón de escritos de ese género en el mundo romano de aquellos días; hay un saludo inicial con votos de salud y prosperidad (vs. 1, 2), y un fin con informaciones y saludos personales y de terceros (vs. 13-15). Aunque esa epístola sea también uno de los documentos menores del Nuevo Testamento (apenas 2Juan es menor que este), su breve mensaje es de importancia por los trazos de vida presentes en la referencia, en primer lugar a Gayo, en toda la epístola por ser el destinatario (estudio de domingo y lunes), luego a Diótrefes, (vs. 9, 10), una personalidad distintamente opuesta (estudio del martes), y a Demetrio (vs. 12), su probable portador (estudio del miércoles). La lección parte para su conclusión con el estudio del jueves, en que se hace un breve análisis de la crisis de liderazgo en los primordios del cristianismo, con los eventuales reflejos en nuestros días, a mi modo de ver, esa es una forma sabia de encerrar un trimestre de veras bendecido por haber singlado aguas juaninas.
Domingo, 20/9/2009 › El Anciano y Gayo (3 Juan 1:1-4, 13-15)
La llamada tercera epístola de Juan es, como acabamos de referir, una carta personal, circunstancialmente enviada por él a uno de sus amigos allegados, Gayo, cristiano auténtico y miembro de una de las iglesias de la comunidad pastoral del apóstol. El nombre Gayo era común en aquel tiempo, tanto que, el Nuevo Testamento registra otras personalidades así identificadas (ver Hechos 19:29; 20:4; Romanos 16:23; y 1Corintios 1:14). Cualquier tentativa por asociar a Gayo de la presente epístola con uno de esos homónimos no pasará de especulación. La lección comenta adecuadamente las razones por qué Juan prefiere presentarse como "anciano", y no como apóstol de Jesús. Apenas añadiría que, aunque el título de "apóstol" aparentemente se prestase mejor para una confrontación con el abuso de poder ejercido por Diótrefes, Juan habló con reconocida autoridad apostólica. Infelizmente no sabemos de los eventos posteriores al envío de la carta y de la visita planeada por Juan a aquella iglesia (vs. 10,14) ¿En qué situación acabó quedando el líder prepotente? Se habría arrepentido él y tomado otro curso de acción? ¿Continuó él en su comportamiento anticristiano, viniendo posteriormente a ser disciplinado? ¿Y cuanto a aquellos que le daban cobertura? Solo la eternidad nos la revelará, mas el hecho de haber sido preservada esta carta puede ser una señal de que Juan tuvo éxito en su propósito al escribir y remitir la 3 de Juan. El hecho es que el título de anciano, empleado por Juan, en nada le quitó la dignidad, aún porque, como recuerda la lección, este "título indica respeto y autoridad", ligada, inclusive, a la propia edad del misivista. A más de eso, en el caso de Juan, el título indicaría, más que un líder local, un supervisor general de iglesias, anciano de ancianos, el anciano por excelencia. A más de lo mucho, la autoridad de Juan no procedía de títulos, o cosa parecida; de la misma forma que él, con el prestigio de alguien que conociera a Jesús personalmente y lo siguiera con lealtad total, combatiera eficazmente a las disidencias gnósticas que ponían en riesgo la unidad y la hegemonía de las iglesias que conducía, así pudo él actuar con autoridad y firmeza para hacer frente al problema referido en 3 de Juan.
Lunes, 21/9/2009 › Gayo y su Ministerio a la Iglesia ( 3 Juan 5-8)
No obstante, tan pastoral como la primera y segunda epístolas, la tercera no trata de dos temas comunes a las anteriores: la comunión con Dios (salvo en términos como andar en la verdad, lo que él toca de paso en el vs. 3), y el trato con los disidentes y su enseñanza. Sin embargo, el propósito de Juan es lo reverso, lo mismo de la epístola anterior. En esta él apela a los destinatarios a no hospedar a los promotores del engaño (recordándoles de que si lo hiciesen, estarían siendo partícipes del error) ahora él apela a que reciban con cariño a los agentes de la verdad (en la certeza de tornarse cooperadores de ella si así proceden). Do Didaché, o La enseñanza de los doce apóstoles (obra surgida a mediados del segundo siglo), sabemos de la existencia, en aquellos días, de maestros itinerantes, cuya enseñanza podría o no ser condicente con la verdad; ellos visitaban iglesias y los miembros de esas iglesias se sentían en la obligación de hospedarlos, aún porque el mismo Jesús, al enviar a los doce y a los setenta discípulos a predicar, había tocado ese punto en las orientaciones que les fueron dadas a ellos. (Ver Mateo 10:11-13; Lucas 10:5-7). Juan advirtió a los miembros a que no recibiesen a los maestros que contradecían a la enseñanza apostólica (2 Juan 10, 11), al mismo tiempo en que debían hospedar a aquellos que los confirmaban y expandían, principalmente si eran credenciados o recomendados para este menester. Con ese fin en vista, él elogió a Gayo, que, ejercitando la hospitalidad con esos predicadores fieles, evidenciaban de manera muy positiva el acto de andar en la verdad; la conducta de ese cristiano correspondía con precisión a lo que profesaba. Gayo aparece en franco contraste con Diótrefes (estudio de mañana), un mal elemento que desdeñaba la autoridad apostólica de Juan, no solamente repeliendo a los maestros recomendados por él (o por sus asociados), como instigando a los miembros de la iglesia, donde imponía su dominio, a hacer lo mismo. La actitud de Gayo ilustra el hecho de que nuestras afirmaciones de fe solo tendrán valor si fueren reflejadas en actos de afecto y abnegación.
Martes, 22/9/2009 › Diótrefes (3 Juan 9, 10)
Juan censura a Diótrefes; a más de revelar falta de hospitalidad y de oponerse a los que quieran ejercerla, era insolente y despótico en el liderazgo. En otras palabras, la conducta no fraterna de ese falso cristiano era un oprobio para la verdad. Por tanto, en esta epístola, Juan, lidia con otro tipo de disidencia, la del poder. Ocurría en aquella iglesia un caso de auto-promoción; muy probablemente el "liderazgo" de ese miembro-dictador no debe haber sido determinado por el consenso de la congregación, como debería, más a través de recursos oscuros utilizados por él. El ex sacerdote Oscar, nuestro querido hermano que hoy descansa en el Señor, acostumbraba citar 3 Juan 9, y hacía con razón, con referencia a la primera tentativa, en el cristianismo, por la implantación del episcopado monárquico, cuya culminación fue alcanzada con el sistema papal del gobierno eclesiástico a partir del sexto siglo. Otro detalle: El apóstol prefirió escribir al determinado miembro de la Iglesia, Gayo, y no a la propia iglesia, indudablemente por ser Diótrefes hostil a él y también por el tipo de autoridad que este imponía allí. Por la presión que Diótrefes ejercía sobre los miembros, Juan sabía que, con toda seguridad, la carta, ni habría sido leída delante de ellos; estaría enviando simplemente su mensaje al vacío. Aprendamos que la iglesia aún no es perfecta, y que falsos miembros existen para probar la firmeza de los que se declaran fieles. Aprendamos también que un miembro así siempre será motivo de prejuicio para toda la congregación. Gayo y Diótrefes – dos miembros de iglesia, dos vidas, dos calidades de cristianismo. Ese pequeño documento provenido de la pluma inspirada de Juan se encuentra en la Palabra de Dios para que sintamos la dignidad de uno y la vileza del otro, seamos incentivados a imitar lo que es bueno (vs. 11). No olvidemos de que la avidez por la grandeza y la primacía, la sed, o la "lucha por el poder", empleando el título de la lección, transformó un respetable y perfecto querubín en un demonio execrable e infeliz; tengamos como cierto que, toda vez que ese tipo de comportamiento se manifieste en la iglesia, las consecuencias, para todos en general y para el elemento en particular, serán por demás desastrosos.
Miercoles, 23/9/2009 › Dando testimonio de Demetrio (3 Juan 12)
Juan ahora menciona un miembro de la iglesia de su domicilio, Demetrio (nombre común entre los griegos). Haciendo de él una referencia positiva; él era otro ejemplo de firmeza en la verdad. Se cree que él fue el portador de la carta a Gayo, y es a este que el apóstol lo recomienda, no a la iglesia, por el motivo obvio de que, por influencia de Diótrefes, él no sería bien venido allí; de parte de Gayo, Juan, todavía tenía seguridad de que Demetrio tendría una acogida cordial. Poco se habló de ese fiel cristiano. Demetrio es mencionado apenas en un versículo de la epístola, pero lo que Juan dice de él es más que suficiente: él mismo lo recomendaba, bien como "todos", lo que puede indicar la congregación de la cual Demetrio y el propio Juan participaban, o personas de fuera, con los cuales se relacionaba. En fin, todos los que lo conocían. ¡Cómo es bonito el cuadro de un cristiano ejemplar!, que da buen testimonio de la fe que profesa, que reúne cualidades, despierta admiración y goza de buen concepto y de la estima de todos. ¿No es este el ideal de Dios para con cada uno de sus hijos, en este mundo impío que, muy naturalmente, detesta a Dios y a todo lo que es de Dios? A ese respecto, Pedro da una muy significativa amonestación: "...manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras". – 1 Pedro 2:12. Sin embargo lo más importante era que la propia verdad daba buen testimonio sobre Demetrio. En otras palabras, él era íntegro como ella; seguía rigurosamente. O entonces, Juan puede estarse refiriendo a Aquél que es la verdad, el Señor Jesús (Juan 14:6) En ese caso, era el propio Dios que así estimaba a Demetrio, y eso es todo, pues tiene que ver con el carácter. En efecto, concepto y carácter, ambos nos envuelven, la diferencia es que el primero prescribe lo que las personas piensan y dicen de nosotros; mas el segundo es lo que Dios ve en nosotros, y tiene que ver con lo que él piensa y dice a nuestro respecto.
Jueves, 24/9/2009 › Crisis de Liderazgo en la Iglesia Primitiva
La crisis al inicio de la iglesia no se limitó apenas a la cuestión de liderazgo, como quedó demostrado por el Dr. Luís Nunes al elaborar su disertación doctoral y defenderla con éxito el 23 de marzo de 1998, en el UNASP, Campus de Engenheiro Coelho, SP. Él hizo un levantamiento de los momentos delicados que el cristianismo vivió en sus primordios, y que resultaron en por lo menos seis crisis específicas: (1) de decepción (o chasco), (2) misiológica, (3) cristológica, (4) soteriológica, (5) de autoridad y, finalmente, (6) escatológica. Lo más interesante del trabajo del Dr. Nunes es el paralelo que él estableció entre la iglesia inicial y la iglesia del fin: las crisis de la iglesia apostólica recorren en la experiencia de los adventistas del séptimo día, evidentemente, dentro de un contexto propio. Por eso el título de la obra: Crisis en la Iglesia Apostólica y en la Iglesia Adventista del Séptimo Día – Análisis Comparativa e Implicaciones Misiológicas. Lo más importante, todavía, es el hecho de que de la misma forma que la iglesia apostólica, mediante recursos divinos puestos a disposición de ella frente a situaciones de emergencias, supo superar las crisis, los adventistas también lo sabrán si siguieren el mismo camino. El Dr. Nunes deja bien claro las implicaciones a ese respecto. Ingredientes de las crisis mencionadas arriba, dosificaban aquello que estaba ocurriendo en las iglesias de la comunidad juanina al final del primer siglo, según pudimos percibir a través de las tres epístolas que estudiamos durante este trimestre, en especial, las crisis del número (3), (4) y (5) se destacan allí. Como los acontecimientos en la iglesia de aquel final del siglo hacen eco en la iglesia en este final de la historia, recomiendo, principalmente a los profesores de la Escuela Sabática, la lectura de las páginas 24-45, y 71-99 del trabajo del Dr. Nunes. Allí hay, sin duda, un buen material subsidiario para un estudio en conjunto más profundizado en este décimo tercer sábado, de la lección de hoy. Apenas añadiría lo siguiente: si hay algo que pudiéramos sentir nítidamente en el estudio de estas 13 lecciones es que la iglesia de Dios, en todos esos siglos que median los dos advenimientos de Jesús, continúa siendo militante y, como tal, "débil y defectuosa, necesitando ser reprobada, amonestada y aconsejada". A pesar de todo ella "constituye el único objeto en la tierra al cual Cristo otorga su suprema consideración" (Ellen G. White, Testimonios Para Ministros, pág. 46). "El la observa constantemente lleno de solicitud por ella, y la fortalece mediante su Espíritu Santo". (Ellen G. White, Mensajes Escogidos, vol. 2, pág. 457). Como hubo disidentes y luchas por el poder en las iglesias administradas por Juan en aquellos días, también ahora, disidentes están por allí, inclusive empeñándose por una reforma administrativa de la iglesia. La onda del congregacionalismo, como la lección evoca, es una evidencia de ese hecho. "Eso existe hoy en la idea del congregacionalismo, en que las iglesias locales tientan ser completamente independientes de cualquier cuerpo eclesiástico-administrativo, y andar solitarias. Eso no es el modelo del Nuevo Testamento". Afirmo con absoluta confianza que volver al congregacionalismo sería un lamentable retroceso que bloquearía la iglesia en el cumplimiento de su misión mundial para que finalmente Cristo venga. Es eso precisamente lo que el diablo quiere. Si no, pregunto: ¿Como van las Iglesias congregacionalistas hoy? ¿Avanzan en el mundo como deberían avanzar? Y ¿cuáles son las iglesias que se tornan cada vez más mundiales, que más crecen? ¿No son las que sustentan un sistema administrativo no-congregacionalista? Recordemos que la iglesia es propiedad del Señor, y no es nuestra. Él la tiene en sus manos, y la está conduciendo. No tentemos hacer lo que es atribución de Él, porque ciertamente lo haremos equivocadamente. Lo que tiene que ser corregido lo será en su momento apropiado, de modo correcto, y por la Persona cierta. "Revestida con la armadura completa de luz y justicia, entra en su final conflicto". (Ellen G. White,Testimonios Para Ministros, pág. 14) Creo plenamente en esta afirmación profética. Dios aparejará a la iglesia para el momento decisivo, y finalmente la exhibirá victoriosa en el glorioso día; y con ella todos los que fueren hallados fieles. ¡ AMEN ¡
Viernes, 25/9/2009 › Crisis de Liderazgo en la Iglesia Primitiva
La crisis al inicio de la iglesia no se limitó apenas a la cuestión de liderazgo, como quedó demostrado por el Dr. Luís Nunes al elaborar su disertación doctoral y defenderla con éxito el 23 de marzo de 1998, en el UNASP, Campus de Engenheiro Coelho, SP. Él hizo un levantamiento de los momentos delicados que el cristianismo vivió en sus primordios, y que resultaron en por lo menos seis crisis específicas: (1) de decepción (o chasco), (2) misiológica, (3) cristológica, (4) soteriológica, (5) de autoridad y, finalmente, (6) escatológica. Lo más interesante del trabajo del Dr. Nunes es el paralelo que él estableció entre la iglesia inicial y la iglesia del fin: las crisis de la iglesia apostólica recorren en la experiencia de los adventistas del séptimo día, evidentemente, dentro de un contexto propio. Por eso el título de la obra: Crisis en la Iglesia Apostólica y en la Iglesia Adventista del Séptimo Día – Análisis Comparativa e Implicaciones Misiológicas. Lo más importante, todavía, es el hecho de que de la misma forma que la iglesia apostólica, mediante recursos divinos puestos a disposición de ella frente a situaciones de emergencias, supo superar las crisis, los adventistas también lo sabrán si siguieren el mismo camino. El Dr. Nunes deja bien claro las implicaciones a ese respecto. Ingredientes de las crisis mencionadas arriba, dosificaban aquello que estaba ocurriendo en las iglesias de la comunidad juanina al final del primer siglo, según pudimos percibir a través de las tres epístolas que estudiamos durante este trimestre, en especial, las crisis del número (3), (4) y (5) se destacan allí. Como los acontecimientos en la iglesia de aquel final del siglo hacen eco en la iglesia en este final de la historia, recomiendo, principalmente a los profesores de la Escuela Sabática, la lectura de las páginas 24-45, y 71-99 del trabajo del Dr. Nunes. Allí hay, sin duda, un buen material subsidiario para un estudio en conjunto más profundizado en este décimo tercer sábado, de la lección de hoy. Apenas añadiría lo siguiente: si hay algo que pudiéramos sentir nítidamente en el estudio de estas 13 lecciones es que la iglesia de Dios, en todos esos siglos que median los dos advenimientos de Jesús, continúa siendo militante y, como tal, "débil y defectuosa, necesitando ser reprobada, amonestada y aconsejada". A pesar de todo ella "constituye el único objeto en la tierra al cual Cristo otorga su suprema consideración" (Ellen G. White, Testimonios Para Ministros, pág. 46). "El la observa constantemente lleno de solicitud por ella, y la fortalece mediante su Espíritu Santo". (Ellen G. White, Mensajes Escogidos, vol. 2, pág. 457). Como hubo disidentes y luchas por el poder en las iglesias administradas por Juan en aquellos días, también ahora, disidentes están por allí, inclusive empeñándose por una reforma administrativa de la iglesia. La onda del congregacionalismo, como la lección evoca, es una evidencia de ese hecho. "Eso existe hoy en la idea del congregacionalismo, en que las iglesias locales tientan ser completamente independientes de cualquier cuerpo eclesiástico-administrativo, y andar solitarias. Eso no es el modelo del Nuevo Testamento". Afirmo con absoluta confianza que volver al congregacionalismo sería un lamentable retroceso que bloquearía la iglesia en el cumplimiento de su misión mundial para que finalmente Cristo venga. Es eso precisamente lo que el diablo quiere. Si no, pregunto: ¿Como van las Iglesias congregacionalistas hoy? ¿Avanzan en el mundo como deberían avanzar? Y ¿cuáles son las iglesias que se tornan cada vez más mundiales, que más crecen? ¿No son las que sustentan un sistema administrativo no-congregacionalista? Recordemos que la iglesia es propiedad del Señor, y no es nuestra. Él la tiene en sus manos, y la está conduciendo. No tentemos hacer lo que es atribución de Él, porque ciertamente lo haremos equivocadamente. Lo que tiene que ser corregido lo será en su momento apropiado, de modo correcto, y por la Persona cierta. "Revestida con la armadura completa de luz y justicia, entra en su final conflicto". (Ellen G. White,Testimonios Para Ministros, pág. 14) Creo plenamente en esta afirmación profética. Dios aparejará a la iglesia para el momento decisivo, y finalmente la exhibirá victoriosa en el glorioso día; y con ella todos los que fueren hallados fieles. ¡ AMEN ¡
| Conozca lo autor |  | Pr. Dr. José Carlos Ramos Professor do curso de Teologia do UNASP-EC, o pastor José Carlos Ramos é doutor em Teologia, na área de Ministério. |
Conozca lo traduor |  | Daniel Román Roque Después de servir en Adra Perú por algunos años, Dios me continúa dando la oportunidad de Servirle aquí en Brasil traduciendo los textos de los comentarios de las Lecciones de la Escuela Sabática, producidos por pastores para "La Escuela en el Aire" (Escola no Ar). Por lo que quedo infinitamente agradecido a nuestro Padre Celestial por aún poderle servir. |
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