Sabado, 1/11/2008 › La Expiación en Símbolos "Sabiendo que no fue mediante cosas corruptibles, como plata u oro, que fuisteis rescatados de vuestro fútil procedimiento que vuestros padres os legaron, mas por la preciosa sangre, como de Cordero sin defecto y sin mácula, la sangre de Cristo". – I Pedro 1:18-19. INTRODUCCIÓN – Dios creó al hombre a su imagen y su semejanza y lo puso en el jardín del Edén para vivir la vida eterna y feliz. Siendo que, Adán fue vencido por el enemigo y pecó, Adán debía morir.
Sin embargo, Dios le reveló a Adán el plan de salvación por medio de la alianza eterna de su gracia: Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la descendencia suya. Este te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar". – Génesis 3:15. Para enseñarle a Adán el proceso de la Expiación, Dios uso un método simple pero dramático. Delante de Adán y Eva, fue muerto el primer cordero. Sin duda una escena dramática para nuestros primeros padres. La sangre fue derramada y el dócil animal fue muriendo. Tipificaba a "su Descendiente", que vendría como Redentor y sufriría el castigo de la sentencia de muerte, haciendo así expiación de la culpa y del pecado. El Descendiente era Cristo, el Cordero de Dios. "Al día siguiente, vio Juan a Jesús que venía hacia él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Juan 1:29. En el animal muerto como sustituto, el plan de la expiación fue revelada a Adán como un don de la gracia de Dios. Adán sería justificado por gracia por la fe en el Redentor venidero. La ley moral no tendría ninguna participación en el acto de la justificación. Ya había desempeñado su parte: acusando y evidenciando el pecado de Adán. En el proceso de expiación el agente actuante sería otro: La gracia de Dios por medio de Cristo Jesús. El método era típico, usando como sustituto un animal inocente en lugar del trasgresor culpable. La enseñanza sobre el proceso de la expiación partía de lo conocido hacia lo desconocido, de lo terreno para lo celestial, de lo mortal hacia lo eterno, del símbolo hacia la Realidad.
Piense: "Cuando Adán y Eva fueron creados recibieron el conocimiento de la ley de Dios; conocieron los derechos que la ley tenía sobre ellos; sus preceptos estaban escritos en sus corazones". – PP. pág. 363. Desafio: "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". – 1 Juan 5:4. Domingo, 2/11/2008 › Expiación y Sacrificio de Animales Dios en su omnisciencia no enfrenta emergencias o eventualidades. Así cuando Él planeó la creación del Universo y la creación de criaturas inteligentes, a su imagen y su semejanza, con libertad de elección, Él también estableció el Plan de Salvación para la posible caída. La presciencia de Dios no determina la predestinación. La presciencia de Dios determina alternativas de acción de parte de Él, dependiendo del uso de la libertad de elección, o sea el libre alvedrío. Previniendo la caída, fue establecido el Plan de Rescate. Declara el apóstol Pedro: "Mas con la preciosa sangre de Cristo, como de un Cordero inmaculado e incontaminado. El cual, a la verdad, en otro tiempo fue conocido, aún antes de la fundación del mundo, mas manifestado en estos últimos tiempos por amor de vosotros". – 1 Pedro 1:9 y 20. El Plan determinaba el tiempo oportuno, cuando Cristo vendría a este mundo para ejecutarlo. En cuanto la plenitud de este tiempo no llegase a su cumplimiento, el plan sería revelado y tornado hábil por medio de símbolos. En este proceso, sin embargo, evaluemos algunas cuestiones importantes que esclarecen y dan comprensión. La ley ritual de los símbolos, ¿en sí misma expiaba el pecado y justificaba al pecador? No. ¿La muerte del cordero en sí mismo expiaba el pecado y justificaba al pecador? No. ¿Cómo era entonces realizada la expiación y conferida la justificación? Por la fe. ¿Fe en qué? ¿En la ley de los símbolos? No. ¿En el cordero muerto? No. ¿Dónde o en quién entonces se centralizaba la fe? La fe se centralizaba en el Redentor venidero. "Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo: Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios; Al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí". – Job 19:25. ¡Ese tipo de fe!
Piense: "Séanos pues notorio, varones hermanos, que por éste os es anunciada remisión de pecados, Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en éste es justificado todo aquel que creyere". – Hechos 13:38 y 39. Desafio: "Cuando nuestros ojos penetran por la fe en el santuario y perciben la realidad de la importancia y la santidad de la obra que allí es realizada, cualquier trazo de egoísmo natural será abominado por nosotros. El pecado será visto como es en realidad- Trasgresión de la santa ley de Dios. La expiación será mejor comprendida y, a través de una fe viva y activa, percibiremos que cualquier virtud que la humanidad posea solo existe por Jesús Cristo, el Redentor del mundo". – RH. 22/12/1896. – Lección ES. Oct. a Dic. 1996, pág. 5A Lunes, 3/11/2008 › Pecado e Impureza Todo pecado genera impureza porque el pecado en sí mismo es impuro. "Dios castigará todas esas prácticas, como ya les dijimos y les aseguramos. Porque Dios no nos llamó para la impureza, mas para la santidad". - II Corintios 12:21 y I Tesalonicenses 4:7 – NVI. Ni toda impureza es pecado, pero es una consecuencia del pecado. Evaluemos la declaración: "Cuando una mujer embaraza y da a luz un niño, estará impura por siete días". – Lev. 12:2 – NVI. ¿El acto de engendrar un hijo es pecado? Hay, sin embargo, algunas consecuencias en el acto de dar a luz una criatura que generan situaciones de impureza. El cuerpo de la mujer debe libertarse de manera natural de todos los factores que de alguna forma participan del acto de dar a luz. Fueron útiles durante la gestación y hasta aún en el proceso del nacimiento, pero ya no son más necesarios para la criatura que nació. Hoy, la medicina auxilia mucho en este proceso de normalizar el cuerpo de la mujer después del nacimiento del bebé. Especular de cómo sería el nacimiento de un bebé en un ambiente sin pecado, en nada contribuirá para el tema en foco.
Piense: Entre ustedes no debe haber ni siquiera mención de inmoralidad sexual como también de ninguna especie de impureza y de codicia; pues esas cosas no son propias para los santos". – Efesios 5:3 – NVI. Desafio: "Teniendo, pues, oh amados, tales promesas, purifiquémonos de toda impureza, tanto de la carne como del espíritu, perfeccionando nuestra santidad en el amor de Dios". II Corintios 7:1 – ARA. Martes, 4/11/2008 › Los Sacrificios ¿Cuál es el procedimiento del israelita frente al pecado? Levítico capítulo 4 tiene las orientaciones bien claras y definidas de cómo debían proceder. Cuando pecaban contra cualquiera de los mandamientos del Señor, ellos recurrían a la ley ceremonial con sus ritos y sacrificios, y de esta manera sus pecados les era perdonados. "Dice más el Señor a Moisés: Cuando alguien pecare por ignorancia contra cualquier de los mandamientos del Señor... si el sacerdote ungido pecare,... Mas si toda la congregación de Israel pecare... Cuando un príncipe pecare,... Si cualquier persona del pueblo pecare,... Y, si alguna persona pecare,... Así, el sacerdote, por esa persona, hará expiación de su pecado que cometió, y le será perdonado". – Lev. 4:1, 2, 3, 13, 22, 27, 5:17 y 4:35 – ARA. Para obtener el perdón y ser declarado justo, el trasgresor recurría al sacrificio del inocente animal acompañado de los ritos ceremoniales. En la presentación del sacrificio del inocente sustituto, el pecador estaba expresando su arrepentimiento y haciendo la confesión de sus pecados y consecuentemente pidiendo el perdón, la expiación y la justificación. El animal que moría a favor del pecador, tipificaba a Cristo. El perdón era obtenido no por la fe en la sangre del animal, mas por la fe en la sangre de quién él tipificaba. El arrepentimiento y la confesión sinceros siempre eran aceptados por Dios en demostraciones que siempre transmitían esta certeza para el suplicante. Cumpliendo el ritual, retornaba para casa jubiloso sintiéndose reconciliado con Dios, el Padre, de quién se separara por la trasgresión de la ley moral.
Piense: "Pues yo mismo reconozco mis transgresiones, y mi pecado siempre me persigue". Salmos 51:3 NVI Desafio: "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia". – I Juan 1:9 – NVI. Miercoles, 5/11/2008 › Remoción del Pecado / impureza El pecado contaminó, ensució la capital del cuerpo humano, su mente, su conciencia. La suciedad es tamaña que el hombre "es propenso para el mal". – Éxodo 32:22 – NVI. La malignidad de la suciedad del pecado es tan grande, es tan inmunda que solamente puede ser purificado con sangre. No obstante, únicamente la sangre de uno, y de nadie más, sino, "la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado. ' I Juan 1:7 – NVI. Evaluemos las dos declaraciones: Jesús remueve el pecado y Jesús purifica del pecado. La remoción significa quitar el pecado; la purificación significa destrucción del pecado. En la restauración completa del hombre y del medio ambiente, no restarán recuerdos de pecados, mas solamente la tragedia del pecado. En el servicio del santuario, en los sacrificios diarios los pecados confesados eran removidos, quitados del pecador por la sangre del animal sustituto y trasferidos para el santuario. El día de la expiación, se procesaba la purificación del ambiente del santuario y los pecados eran destruidos, también por medio de sangre. Los pecados eran transferidos para el macho cabrío emisario que era enviado para el desierto, donde simbólicamente eran borrados, destruidos. Al final del milenio, con la destrucción de Satanás y de todos los pecadores impenitentes, el pecado será destruido y nunca más tendrá existencia. El pecado no puede subsistir en un ambiente puro y santo. El único recuerdo de la tragedia del pecado serán las manos, los pies y el costado de Jesús. El profeta Nahum proclama "No se levantará dos veces la angustia". – Nahum 1:9.
Piense: Siendo así, acerquémonos con corazón sincero a Dios, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura". – Hebreos 10:22 – NVI. Desafio: "Hay sólo un poder que puede sustraer los corazones de los hombres del imperio del mal: el poder de Dios en Cristo Jesús. Sólo por la sangre del Crucificado podemos purificarnos". – TS. Vol. III, pág. 269. Jueves, 6/11/2008 › Otros Sacrificios Todo el sistema ritual instituido por Dios para el pueblo de Israel era educativo. Importantes lecciones espirituales eran ministradas para el pueblo, instruyéndolo en las relaciones correctas para con Él. Los privilegios y deberes de la experiencia espiritual eran transmitidos por la práctica de ritos típicos. Cada rito tipificaba aspectos específicos y su repetición se constituía en un programa permanente de enseñanza. La gran lección objetiva del conjunto del ritualismo era enseñar al hombre pecador el correcto posicionamiento y sus relaciones de Dios para con el hombre y del hombre para con Dios. Enseñar al hombre sobre la soberana y suprema autoridad divina, el sentido de dependencia del hombre y el problema del pecado, así como su solución. Holocaustos – Como respuesta al amor de Dios, proveyendo el Redentor, el hombre presentaba su holocausto u ofrenda quemada. – Lev. 1:1-7. No era una ofrenda preceptual, sino voluntaria. El ofrendante poseía la libertad para escoger al animal, entre los normalmente utilizados. Así como el sacrificio continuo simbolizaba la total entrega de Dios en favor del hombre, ejecutando en sí mismo la sentencia de la trasgresión, el holocausto era la respuesta del hombre, entregándose enteramente a Dios, en un acto de alabanza y gratitud por tan grande libramiento. Tipificando la entrega total, era enteramente quemado. Pacíficos – Los sacrificios pacíficos eran ofrecidos como un acto de gratitud por una bendición especial. Cuando recibía una bendición inesperada, el israelita agradecido, traía sus ofrendas "como acción de gracias". – Levíticos 7:12 - (más comentarios a respecto, lea en la nota adicional del día viernes, del mismo autor).
Piense: "Por lo tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que se ofrezcan en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios; este es el culto racional de ustedes. No se amolden a las costumbres de este mundo, sino transfórmense por la renovación de su mente, para que sean capaces de experimentar y comprobar la buena agradable y perfecta voluntad de Dios". – Romanos 12:1 y 2 – NVI Desafio: "Quién me ofrece su gratitud como sacrificio, me honra y yo le mostraré la salvación de Dios al que anda en mis caminos". – Salmos 50:23 – NVI. Viernes, 7/11/2008 › Estudio Adicional ¿En qué realmente consistió el pecado de Adán? Él desobedeció una orden: No tomar del fruto prohibido. Es la ley. Esta es una respuesta simplista, sin embargo, es así que los escritores comisionados por Dios lo declaran. Pablo, expone el acto de Adán en estas palabras: "Porque, como por la desobediencia de un solo hombre los muchos se tornaron pecadores...". - Rom. 5:19 – ARA. "Cuando Adán y Eva fueron creados recibieron el conocimiento de la ley de Dios; conocieron los derechos que la ley tenía sobre ellos; sus preceptos estaban escritos en sus corazones". – Patriarcas y Profetas, pág. 363. La ley escrita en sus corazones revela que las relaciones entre Dios y sus criaturas, desde el principio fueron establecidas sobre el firme fundamento del amor y de la justicia. Sin duda, los días vividos en el hogar Edénico, fueron usados por Dios para instruir a Adán y Eva con relación a su voluntad. La experiencia espiritual vivida por nuestros primeros padres era de compañerismo en perfecta armonía con el Creador. No necesitaban de ley moral escrita, pues esta estaba gravada en sus corazones y en sus mentes. Vivían sus relaciones de intimidad del cual habla el profeta Jeremías que era el objetivo de Dios para su pueblo Israel y es lo mismo para sus hijos de hoy: "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo". – Jer. 31:33 La verdad es que en cualquier dirección, para el bien o para el mal, son las relaciones que determinan la conducta. De los discípulos de Jesús fue dicho: Y los reconocían que eran compañeros de Jesús". – Hechos 4:13 – TEB.
Piense: "Si afirmamos que estamos sin pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros". – I Juan 1:8 – NVI Desafio: "Aquél que afirma que permanece en Él, debe andar como Él anduvo". – I Juan 2:6 – NVI. Nota adicional sobre el día jueves:
Pacíficos – El sacrificio pacífico era también ofrecido para celebrar la reconciliación y la paz. Cuando el trasgresor ofrecía su ofrenda por el pecado o por la culpa, confesaba sus faltas y suplicaba perdón. La seguridad del perdón y de la consecuente reconciliación, llenaba su ser de alegría y paz. La expresión de regocijo era desbordante ofreciendo un sacrificio pacífico. El mismo sacrificio era presentado cuando la reconciliación acontecía entre personas. Como el sacrificio pacífico era la expresión de un corazón transbordante de regocijo, quiera por una bendición alcanzada o la reconciliación obtenida, debía ser compartida. En este particular era distinto de los otros sacrificios. En cuanto aquellos prácticamente todo era consumido por el fuego; y de este, gran parte era comido. – Levítico 7:15 – en compañía feliz con familiares y amigos. – Deuteronomio 12:11 y 12. Manjares – Otra ofrenda de sacrificio importante era la de manjares. Los elementos usados para esta ofrenda eran productos vegetales: harina, aceite, cereales, sal, incienso y vino. (Lev. 2:1, 13. 14; Num. 15:10 y 24) "Como la ofrenda quemada significaba consagración y dedicación, así la ofrenda de manjares representaba sumisión y dependencia. Las ofrendas quemadas significaban entera entrega de la vida; las de manjares eran un reconocimiento de la soberanía y mayordomía; de dependencia de un superior. Era un acto de homenaje a Dios, y una muestra de lealtad". – RS. pág. 73. En este sacrificio, pequeña parte era quemada y lo restante pertenecía a los sacerdotes. La gran lección enseñada por este sacrificio es que todo pertenece a Dios que, como tal es la fuente de toda bendición. Como reconocimiento y gratitud el hombre devolvía parte al señor. "Las ofrendas quemadas decían: Todo cuanto yo soy pertenece al Señor. Las ofrendas de manjares decían: Todo cuanto poseo es del Señor". – RS. pág. 78.
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