segunda-feira, 8 de março de 2010

Comentario da Lección 11 - El Fruto del Espíritu es Justicia - "La Escuela en el Aire" (Escola no Ar)

1to Trimestre del 2010 - EL FRUTO DEL ESPÍRITU
Comentario da Lección 11 - El Fruto del Espíritu es Justicia

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Sabado, 6/3/2010 - › El Fruto del Espíritu es Justicia

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados". – Mateo 5:6.

INTRODUCCIÓN – La justicia es un atributo del carácter de Dios y revela su lealtad en los compromisos asumidos. Él se comprometió a salvar al hombre del pecado y de la sentencia de muerte. Él no fallará en este compromiso porque es justicia. El apóstol Juan hablando de la lealtad y la justicia de Dios en sus compromisos declara: "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". – 1 Juan 1:9 - RV.

Pero la justicia también revela la rectitud en su modo de juzgar al pecador. Él estableció principios que no dejan dudas cuanto a su juzgamiento justo. El rey David después de reconocer y confesar su pecado, habla sobre la justicia de Dios en su juzgamiento: "De manera que serás tenido por justo en tu hablar y puro en tu juzgar". – Salmos 51:4 – ARA.

David pudo experimentar en su propia experiencia como pecador arrepentido y perdonado, que el amor y la justicia de Dios son perfectos y actúan con perfección en el trato con el pecado y el pecador.

Los hijos de Coré, en su lindo Salmos proclaman la justicia de Dios: "La justicia irá delante de Él, y sus pasos nos pondrá por camino". – Salmos 85:13 – RV. En todo su trato con sus criaturas Dios es siempre justo y transforma esta su justicia en senda para los hombres. También el rey David trasmite este concepto de orientación divina: "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino". – Salmos 119:105 – RV.

La justicia divina es comunicada al pecador arrepentido y perdonado, por la fe. Mediante la obediencia a la ley moral, el pecador vive esta justicia y trasmite a los que lo cercan. Demuestra por su vida justa que los principios de la justicia de Dios orientan sus caminos.

Piense: "El amor necesita de la justicia y la justicia necesita del amor, ambos están impresos en la ley de Dios y son perfectamente revelados en el carácter de Dios". – Sist. Teol. Pág. 272.

Desafio: "Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos". – Salmos 119:172 –NVI.



Domingo, 7/3/2010 - › La Necesidad de Justicia

Acusado de pecado el hombre quedó bajo la condenación de la ley moral que reclamaba su muerte y muerte eterna. Para escapar de esa sentencia fatal por sí mismo el hombre no encontraría salida. Estaba inapelablemente condenado.

Pondérese esta cuestión: ¿Tiene esta misma ley el poder de acusar y condenar para luego justificar y salvar? No parece ser coherente. "La ley de Dios podía condenar mas no perdonar". – Historia de la Redención, pág. 27.

¿Quién es el único que puede librar al hombre, justificándolo y salvándolo? Pablo responde en Romanos 3:24: "Siendo justificados gratuitamente, por su gracia, mediante la redención que hay en Cristo Jesús". RV. Luego el pecador es justificado por un acto de gracia de parte de Dios mediante Cristo Jesús nuestro Señor.

Para obtener la justificación, el pecador necesita comprender su condición de condenado, necesitando de la gracia divina. Esta es una decisión personal bajo la actuación del Espíritu Santo que hace consciente al pecador.

Despertándolo de su condición de perdido y condenado, mediante la invitación del Espíritu Santo, el pecador es atraído por la gracia de Dios en Cristo Jesús, que pasa a sentir que una secuencia de gloriosos acontecimientos pasan a tener lugar mediante la fe manifestada en la gracia.

El pecador es justificado porque es pecador. Al ser declarado justo, significa que es absuelto de la culpa y liberto de la condenación. Al ser declarado justo tornase un santo vencedor. Por el poder de Cristo vence al pecado. Como el pecado es un acto de rebelión contra Dios, acusado por la ley moral, significa que la acción de justificación reconcilia al hombre con su Creador su Dios y lo coloca en armonía con la ley moral.

Piense: "Cristo vino a revelar la justicia y el amor de Dios al pecador para que el Salvador diera a Israel arrepentimiento y remisión de pecados. Cuando el pecador contempla a Jesús levantado en la cruz, sufriendo la culpabilidad de los transgresores, llevando el castigo del pecado; cuando contempla el aborrecimiento de Dios por el mal, manifestado en la terrible muerte en la cruz, y cuando contempla el amor de Dios por el hombre caído, es inducido al arrepentimiento hacia Dios debido a la transgresión de la ley que es santa, justa y buena. Él ejerce fe en Cristo porque el divino Salvador ha llegado a ser su sustituto, su garantía y abogado, Aquel en quien se centraliza su misma vida. Dios puede mostrar su misericordia y verdad al pecador arrepentido y puede conferirle su perdón y su amor". – Mensajes Escogidos, Vol. 1 pág. 380-381.

Desafio: "En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia". – Romanos 6:18 – NVI.



Lunes, 8/3/2010 - › Justicia Casera

La palabra griega dikaiosune en Mateo 5:20, comunica una idea mucho más amplia de lo que nuestro vernáculo: Justicia: Tener y practicar la justicia es aceptado como, observar con celo leyes establecidas para la conducta. Lo que en la letra está correcto. Sin embargo, el término usado en griego, califica el carácter moral de la persona. Por tanto, en armonía con el término griego, Jesús está declarando que si nuestro carácter moral no excede en mucho a lo de los escribas y fariseos, es imposible entrar en su reino. El modelo para nuestro carácter moral es el carácter de Jesús.

Para obtener el carácter moral semejante al carácter de Jesús, es necesario entender otra idea contenida en la palabra griega dikaiosune, y aceptar el acto que ella define en el contexto de Romanos 1:17. De hecho, es en él que la justicia – dikaiosune – de Dios se revela por la fe y para la fe, según lo que está escrito: "Aquél que es justo vivirá por la fe". TEB.

El evangelio eterno que revela a dikaiosune de Dios es Jesús. Por medio de Jesús Dios reveló su gracia justificadora y santificadora que es el poder de Dios para transformar pecadores en santos, habilitados para vivir eternamente en su presencia. Por tanto, nuestra justicia deberá sobrepasar a la justicia de los fariseos cuando aceptamos a dikaiosune de Dios: gracia justificadora y santificadora que nos confiere carácter moral semejante al de Dios. Esto es por la fe en Jesús. Es don de Dios.

Si el creyente tienta orientarse apenas por la letra de la ley moral, estará buscando una experiencia espiritual superficial. Esta sin duda, no será duradera. Para desarrollar una vivencia cristiana fuerte y victoriosa sobre el pecado, él precisa vivir el espíritu de la ley moral. Pero este vivir es fruto de la acción del Espíritu Santo en el carácter del pecador transformándolo en nueva criatura, por la gracia justificadora y santificadora de Jesús y es por medio de esta experiencia que encuentra la alegría y el placer en el espíritu de los principios morales.

Piense: "La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Se produce una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo". – El Deseado de Todas las Gentes, pág. 172.

Desafio: "Todos somos como gente *impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento". – Isaías 64:6 – NVI.



Martes, 9/3/2010 - › Cristo Justicia Nuestra

Para comprender mejor, necesitamos considerar que el pecado de Adán fue como la raza. Él había recibido la Tierra como su dominio: "tenía el dominio sobre… toda la tierra". – Génesis 1:26. Sin embargo, el pecado de Adán nos alcanzó a todos sus descendientes y a toda la creación con relación a nuestra Tierra, porque en Adán todos pecaron.

En Jesús, todos tienen la oportunidad para la justificación del pecado como raza: "Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo". – Romanos 5:17 - NVI.

Así como la condenación fue amplia, alcanzando a todos los descendientes de Adán, así la justificación es amplia para la raza humana. La provisión de la gracia hecha por la alianza eterna, fue ofrecida a Adán y para todos sus descendientes. Cristo Jesús vino a este mundo y sufrió la sentencia de muerte eterna para conceder a cada pecador la oportunidad de reconciliación. Declara Pablo: "Con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo". – Romanos 5:17 úp. NVI. El don de la gracia y de la justicia para librar al pecador de la condenación, como consecuencia del pecado de Adán, está en Cristo Jesús. Es una cuestión de aceptar y recibir la dádiva ofrecida.

¿Entonces quién justifica al pecador? Pablo responde en Romanos 3:24: "Siendo justificados gratuitamente, por su gracia, mediante Cristo Jesús nuestro Señor". Luego, el pecador es justificado por un acto de gracia de parte de Dios mediante Cristo Jesús nuestro Señor, a quién el profeta Jeremías lo identifica así: "Será este su nombre con que será llamado: El Señor "JUSTICIA NUESTRA". – Jeremías 23:6 – RV.

Piense: "De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo vivirá por la fe". - Romanos 1:17 – NVI.

Desafio: "Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador,[b] para que en él recibiéramos[c] la justicia de Dios". – 2 Corintios 5:21 - NVI.



Miercoles, 10/3/2010 - › Justicia y Obediencia – 1 Juan 2:29

En verdad, nada puede hacer el pecador para justificarse, pero, una vez justificado por gracia, desarrollará una conducta en armonía con la norma de justicia, porque la justificación le restauró la relación con su Dios y Amigo, deteriorada por el pecado. Solamente una cosa el pecador necesita hacer. Es preciso decidir aceptar el amor y la oferta del perdón del Padre. Es preciso levantarse y decir: iré a mi Padre. Entonces me dejaré caer en sus brazos de amor y decirle; Padre, pequé, perdona mi pecado. Él me perdonará. No por mérito propio, mas por su gracia. Entonces pasará a amarlo entrañablemente al misericordioso Padre. No de boca, más de corazón, haciendo su voluntad porque recibió su justicia.

Aceptar a Jesús como Salvador es la aceptación de la justicia por la fe; someterse a Jesús como Señor, es la aceptación de su ley moral como norma de conducta para vivir bajo el proceso transformador de la santificación viviendo los principios de la justicia. El pecador es justificado cuando reconoce su herencia pecaminosa, su incapacidad de librarse por sí mismo de esta condición, su necesidad de un Salvador que por gracia lo librará, así mismo la aceptación por la fe de esta oferta de gracia. No existe otro medio o camino.

Sin embargo, perdonado y justificado el pecador que estaba bajo el dominio del pecado, como pecador vencido y esclavizado, es hecho vencedor por la victoria de Cristo, y de esclavo del pecado es transformado en siervo de la justicia, pasando a practicar las obras justas. ¿Por su propia voluntad y fuerza? ¿Por compulsión de la ley moral? ¡No! Sino porque la gracia Dios demostrada por el amor en la dádiva de Jesús, por la fe, hace nacer una vida de amor y de gratitud que tiene placer en las relaciones con Jesús y en la consecuente conducta armoniosa con la justicia de la ley, lo que significa, armonía con el carácter de Dios.

Piense: "El esfuerzo premeditado de Satanás procura apartar las mentes de la esperanza de salvación mediante la fe en Cristo y la obediencia a la ley de Dios. En toda época el gran enemigo adapta sus tentaciones a los prejuicios e inclinaciones de aquellos a quienes trata de engañar. En los tiempos apostólicos inducía a los judíos a exaltar la ley ceremonial y a rechazar a Cristo; y actualmente induce a muchos profesos cristianos, con el pretexto de honrar a Cristo, a menospreciar la ley moral y a enseñar que sus preceptos pueden ser transgredidos impunemente. Es el deber de todo siervo de Dios resistir firmemente a estos pervertidores de la fe y, por la palabra de verdad, exponer denodadamente sus errores". – Hechos de los Apóstoles, pág. 387.

Desafio: 'Por medio de él, y por causa de su nombre, recibimos gracia y apostolado para llamar de entre todas las naciones un pueblo para la obediencia que viene por la fe". - Romanos 1:5 – NVI.



Jueves, 11/3/2010 - › La Vida Justa

"En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir",- 1 Juan 5:3 – Nueva Versión Internacional.

¿Como el pecador justificado por Cristo pasa a vivir la vida justa? En Romanos 6:18, Pablo hace esta importante declaración: "Y una vez libertados del pecado, fuisteis hechos siervos de la justicia ". - ARA. Cuando el pecador acepta a Jesús como su Salvador, él es justificado por un acto de gracia y libertado de la esclavitud del pecado. Por ese acto, de trasgresor de la ley moral, él es puesto en armonía con la ley moral, y hecho siervo de la justicia.

Por lo tanto, la muerte de Cristo que es el eterno don de la gracia de Dios a favor del pecador, es también la confirmación de la vigencia eterna de la ley moral. Si el eterno don de la gracia – Cristo Jesús – no anuló la ley moral, la fe del pecador en el eterno don de la gracia de igual modo no la anula. Por el contrario, la fe confirma su vigencia. Pues, si la ley moral fuese anulada, la muerte de Cristo y la fe del pecador no tendrían sentido alguno. ¿Por qué muerte y fe si hubo justificación por absolución y anulación? Pablo que comprendía perfectamente este proceso, declara con convicción: "¿anulamos, pues, la ley por la fe? No, de ninguna manera, antes confirmamos la ley". – Romanos 3:31 - ARA.

En verdad, el rechazo de la ley moral como norma de conducta para vivir la vida justa, trae como consecuencia inevitable del rechazo a Dios como el gran Amigo, Padre y Creador. Transgredir o quebrantar la ley moral, después de justificado por gracia, significa que este acto no ocurrió, y que la relación de amistad rota con Dios, no fue restaurado. Vivimos la vida justa cuando revelamos nuestro amor a Dios, "obedeciendo a sus mandamientos". – 1 Juan 5:2 – NVI.

Piense: "Todo aquél que vive habitualmente en pecado también vive en rebeldía, pues el pecado es rebelión". – 1 Juan 3:4 – Imprenta Bíblica Brasilera.

Desafio: "Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos". Juan 14:15 - NVI.



Viernes, 12/3/2010 - › Estudio Adicional

El Apóstol Pablo, escribiendo a los Romanos, pone delante de los santos el propósito de Dios para aquellos que aceptan la justicia de Dios manifestada en la muerte expiatoria de Jesús: "Por tanto hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que se ofrezcan en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios; este es el culto racional de ustedes. No se amolden a las costumbres de este mundo más transfórmense por la renovación de su mente, para que sean capaces de experimentar y comprobar la buena obra, agradable y perfecta voluntad de Dios". – Romanos 12:1-2 – NVI.

Todo aquél que profesa aceptar a Jesús como su Salvador y Señor, necesita presentarse como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. El sacrificio en el servicio típico realizado en el santuario, era muerto, pero necesitaba ser perfecto.

El fruto de la justicia transforma al pecador justificado en santo; desarrolla en la razón el sentido de hacer elecciones según la voluntad de Dios. Quién se entrega a Dios para glorificarlo con su conducta, abandona los modelos mundanos en todo su comportamiento y pauta su conducta en armonía con los principios de la Palabra de Dios.

Se desenvuelve en el carácter el proceso de renovación de la mente por la asimilación de la justicia de Dios. Primero, aceptando a Jesús como Salvador, la justicia personificada; Segundo, por el conocimiento de la justicia de Dios expresada en su ley. Son los principios orientadores y modeladores del carácter, para identificar a quién comprende lo que significa reivindicar el carácter de Dios.

El cristiano genuino vive de tal forma los principios de la Escritura Sagrada, que él comprueba que la voluntad de Dios expresada en su Palabra y en su ley es buena y agradable y perfecta.

Piense: "Llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesús Cristo, para gloria y alabanza de Dios". Filipenses 1:11 – NVI.

Desafio: "Cuando el carácter de Cristo se reproduzca perfectamente en su pueblo, entonces vendrá para reclamarlos como suyos". – Parábolas de Jesús, pág. 69.



Conozca lo autor
Pr. Albino Marks
Especialista em aconselhamento familiar e profundo estudioso da Bíblia, o pastor Albino Marks já atuou como preceptor (IAP, IACS, IAE-SP); capelão (IACS e Hospital do Pênfigo); diretor geral do IAP; departamental em várias associações e na UCB.

Conozca lo traduor
Daniel Román Roque
Después de servir en Adra Perú por algunos años, Dios me continúa dando la oportunidad de Servirle aquí en Brasil traduciendo los textos de los comentarios de las Lecciones de la Escuela Sabática, producidos por pastores para "La Escuela en el Aire" (Escola no Ar). Por lo que quedo infinitamente agradecido a nuestro Padre Celestial por aún poderle servir.

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